Plan de mejora a través de la colaboración
En el #MOOC de #AprendeINTEF que lleva por título Educación en Gobierno Abierto (#EduGobAbierto) se plantea como reto final la elaboración de un plan de mejora a través de la colaboración para la institución en la que estoy trabajando.
Se trata de especificar la manera con la que, a través de la colaboración y sus conceptos asociados (interoperabilidad, co-producción de servicios, datos abiertos e innovación pública) se podrían establecer un conjunto de propuestas y medidas que tengan como consecuencia la mejora de la prestación del servicio en la institución.
Tras 21 años como docente ocupando distintos cargos en institutos de educación secundaria y un año como Asesor Técnico Docente en el Ministerio de Educación, actualmente desarrollo mi labor como Coordinador de Actividades Pedagógicas en el Teatro de la Zarzuela, un centro de creación artística dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM).
Tradicionalmente el mundo de la cultura ha vivido al margen de la población o, al menos, de una gran parte de la población, lo cual es especialmente sangrante en el caso de las unidades dependientes del INAEM que son las encargadas de la promoción, la protección y la difusión de todo lo relativo a las artes escénicas: danza, teatro, música y circo en España.
Sin entrar en detalles prácticos, y partiendo de los valores intrínsecos del INAEM (la calidad del servicio a la ciudadanía, la excelencia en el desempeño profesional, la participación de los grupos de interés y el uso eficiente de los recursos) siento, como ciudadano, que son muchos los frentes de mejora pero, básicamente, se concentrarían en desarrollar iniciativas para que las ciudadanas y ciudadanos, independientemente de su edad y condición, pudieran tener acceso a un mundo al que directa o indirectamente están contribuyendo pero que, por razones culturales, económicas, geográficas, sociales, etc., les es ajeno. Porque, ¿cuántas personas llevan contribuyendo toda su vida a mantener el Teatro de la Zarzuela y nunca se han beneficiado de sus servicios?, ¿y del Auditorio Nacional, la Orquesta Nacional de España, el Centro Dramático Nacional, etc.?. ¿De qué sirve quejarnos y hablar del envejecimiento del público si seguimos repitiendo, una y otra vez, los mismos patrones?
Suelen atribuir a Einstein la siguiente definición de locura: "repetir una y otra vez lo mismo esperando resultados diferentes" y parece que es lo que llevamos décadas haciendo, tal vez porque no nos hacemos las preguntas adecuadas y tal vez, también porque siempre planteamos las preguntas a las mismas personas, las que ya están dentro de ese círculo "vicioso", las que forman parte de los tradicionales "órganos de participación y asesoramiento".
Para poder buscar nuevas soluciones a viejos problemas, debemos hacernos nuevas preguntas o, para ser más preciso, mejores preguntas, y plantearlas a personas variadas, de ahí que me haya gustado tanto la idea de los laboratorios de innovación pública.
Mi propuesta de colaboración pasa, pues, por la creación de un laboratorio de innovación pública vinculado al mundo de la cultura en el que tengan cabida personas de distintos ámbitos y con distintas experiencias e inquietudes en relación al mundo de la cultura (desde abonados y consumidores habituales a personas que nunca han acudido al teatro o que nunca han entrado a un museo, pasando por representantes de la administración, de empresas más o menos relacionadas con el mundo de la cultura, universidades, etc.).
Entre todos, y trabajando a partir del design thinking, se analizarían datos abiertos de las distintas instituciones (nacionales y regionales), así como políticas y servicios, para, de forma conjunta, llegar a la elaboración y diseño de propuestas que podrían llegar a ponerse en práctica de forma experimental en alguno de los centros dependientes del INAEM.
Se trata de especificar la manera con la que, a través de la colaboración y sus conceptos asociados (interoperabilidad, co-producción de servicios, datos abiertos e innovación pública) se podrían establecer un conjunto de propuestas y medidas que tengan como consecuencia la mejora de la prestación del servicio en la institución.
Tras 21 años como docente ocupando distintos cargos en institutos de educación secundaria y un año como Asesor Técnico Docente en el Ministerio de Educación, actualmente desarrollo mi labor como Coordinador de Actividades Pedagógicas en el Teatro de la Zarzuela, un centro de creación artística dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM).
Tradicionalmente el mundo de la cultura ha vivido al margen de la población o, al menos, de una gran parte de la población, lo cual es especialmente sangrante en el caso de las unidades dependientes del INAEM que son las encargadas de la promoción, la protección y la difusión de todo lo relativo a las artes escénicas: danza, teatro, música y circo en España.
Sin entrar en detalles prácticos, y partiendo de los valores intrínsecos del INAEM (la calidad del servicio a la ciudadanía, la excelencia en el desempeño profesional, la participación de los grupos de interés y el uso eficiente de los recursos) siento, como ciudadano, que son muchos los frentes de mejora pero, básicamente, se concentrarían en desarrollar iniciativas para que las ciudadanas y ciudadanos, independientemente de su edad y condición, pudieran tener acceso a un mundo al que directa o indirectamente están contribuyendo pero que, por razones culturales, económicas, geográficas, sociales, etc., les es ajeno. Porque, ¿cuántas personas llevan contribuyendo toda su vida a mantener el Teatro de la Zarzuela y nunca se han beneficiado de sus servicios?, ¿y del Auditorio Nacional, la Orquesta Nacional de España, el Centro Dramático Nacional, etc.?. ¿De qué sirve quejarnos y hablar del envejecimiento del público si seguimos repitiendo, una y otra vez, los mismos patrones?
Suelen atribuir a Einstein la siguiente definición de locura: "repetir una y otra vez lo mismo esperando resultados diferentes" y parece que es lo que llevamos décadas haciendo, tal vez porque no nos hacemos las preguntas adecuadas y tal vez, también porque siempre planteamos las preguntas a las mismas personas, las que ya están dentro de ese círculo "vicioso", las que forman parte de los tradicionales "órganos de participación y asesoramiento".
Para poder buscar nuevas soluciones a viejos problemas, debemos hacernos nuevas preguntas o, para ser más preciso, mejores preguntas, y plantearlas a personas variadas, de ahí que me haya gustado tanto la idea de los laboratorios de innovación pública.
Mi propuesta de colaboración pasa, pues, por la creación de un laboratorio de innovación pública vinculado al mundo de la cultura en el que tengan cabida personas de distintos ámbitos y con distintas experiencias e inquietudes en relación al mundo de la cultura (desde abonados y consumidores habituales a personas que nunca han acudido al teatro o que nunca han entrado a un museo, pasando por representantes de la administración, de empresas más o menos relacionadas con el mundo de la cultura, universidades, etc.).
Entre todos, y trabajando a partir del design thinking, se analizarían datos abiertos de las distintas instituciones (nacionales y regionales), así como políticas y servicios, para, de forma conjunta, llegar a la elaboración y diseño de propuestas que podrían llegar a ponerse en práctica de forma experimental en alguno de los centros dependientes del INAEM.
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